Agua, el oro transparente

Hoy es el Día mundial del Agua, que irónicamente está marcado por la sequía que azota el mundo y por los problemas que supone que el agua, el oro transparente, llegue a todo el mundo de la misma manera. No es lo mismo abrir el grifo y malgastar litros de agua que tener que caminar veinte kilómetros cada día para conseguir apenas tres litros. Y el agua no es sólo el problema, el problema es que todo depende del agua. Y de ahí viene el tema de este año para el día del agua: el agua y la seguridad alimentaria.
¿Son conscientes nuestros Gobiernos de que, más que crisis económica, hay una crisis ecológica? Soluciones hay, pero ganas de llevarlas a cabo, ninguna.

El agua y los alimentos

El agua y los alimentos están estrechamente relacionados: el 70% de las reservas de agua se destinan a la agricultura. Algo que hace que este recurso sea básico para la alimentación. Una persona necesita beber entre dos y cuatro litros al día, pero se necesitan entre 4.000 y 5.000 litros para producir los alimentos que come a diario. Es decir, "comemos agua". Es lo que técnicamente se conoce como huella hídrica; la cantidad de líquido elemento utilizada para producir un bien. Traducido, una taza de café cuesta 140 litros; una copa de vino, 120 y una naranja, 50.
Para 2030 necesitaremos al menos un 50% más de comida, un 45% más de energía y un 30% más de agua, según previsiones de la ONU. Unos cálculos que hacen necesario concienciar a la población. Mucha comida se tira, y por tanto también agua. Y esta, junto a la agricultura y la alimentación, será la clave de la sostenibilidad del planeta. 

Mi momento post-it (como dice Sedy): el derroche de hoy será la sed de mañana.
Por favor, dictadores y gobernantes ineptos del mundo, dejar de pelearos por tres tristes monedas y pensar en cómo solucionar este gran marrón. Recordad que el dinero no se puede ni comer ni beber, así que ya verán ustedes por que vale más la pena luchar.